jueves, 24 de noviembre de 2011
Y más
domingo, 30 de octubre de 2011
Cruzando la línea
Atravesando el parque, pasé entre los niños. Una niña, a mi derecha, apuntaba con sus dedos, indíce cañón y pulgar levantado gatillo, a otro que estaba a mi izquierda. En el momento en que cruzaba la línea de fuego, levantó la pistola prudentemente, y luego la volvió a bajar, veloz, hacia su objetivo.
Fue así como entré en su fantasía.
lunes, 10 de octubre de 2011
Palabras en caída libre:
martes, 4 de octubre de 2011
Palabras difíciles
Había una norma que recuerdo, no sé de cuándo ni de quién, para escoger libros de lectura. Debió de ser hace mucho tiempo, cuando los primeros libros de verdad, y la primera consciencia de que no podía leer cualquier cosa.
Era bueno para una aquel libro en el que no conocieses el significado de, al menos, una palabra en cada página. Es decir, era bueno entender casi todo, pero no todo. Eso relacionaba de un modo sencillo la capacidad propia con la dificultad del libro. Una palabra, quizá dos, entendí que nunca muchas más, nunca tantas que lo dejaras por pura frustración o aburrimiento.
Quizá sea algo simple pero lo recuerdo como un buen criterio, al menos hasta tener otros. Me sirvió para lanzarme a libros cada vez mayores, apasionantes, siempre un "un poco" difíciles, a sentirme valiente, a esforzarme, y, como premio, aprendía palabras. Las degustaba, las entendía; muchas veces las olvidaba hasta que reaparecían, y había que probar otra vez, mirar en el diccionario, preguntar, hasta que se hacían propias, y me llevaban a nuevas aventuras, más complejas, más divertidas, deliciosas, y a otras palabras...
Ayer me dijiste que soy difícil, y te pregunto ¿cuánto no entiendes? Y espero que, ojalá, digas que sólo un poco. Y sonreiré pensando que has aceptado el reto.
miércoles, 31 de agosto de 2011
Relato de verano
Los blogs que sigo, en su mayoría de vacaciones.
Corte de pelo, la ropa corta, sandalias.
Tirar la basura a diario. Aligerar los armarios.
Dos viajes.
II. El último día en París, volviendo hacia el hotel a recoger mis cosas, tuve tiempo de entrar al cementerio de Montparnasse. Entré solamente por eso. Al lado de la puerta había un cartel con un montón de nombres ordenados alfabéticamente. Decidí echar un vistazo. Sólo porque tenía tiempo, porque caía cerca del hotel.
Marguerite Duras está enterrada allí.
Entonces entré de verdad al cementerio de Montparnasse. Busqué la tumba de Marguerite Duras. Tardé un buen rato pero la encontré. Me quedé mirándola. De modo que murió. Claro que lo sabía. Estaba releyendo "El amante". Vieja amiga.
Robé una flor y la dejé allí encima. Y me fui del cementerio, no quise visitar ninguna otra tumba, como cuando vas de verdad a un cementerio.
Marguerite Duras escribió "que la vida es inmortal mientras se vive, mientras está con vida. (...) Mirad las arenas muertas del desierto, el cuerpo muerto de los niños: la inmortalidad no pasa por ahí, se detiene y los esquiva."
Como cuando vas de verdad a un cementerio, a encontrarte a solas con ese vacío, y luego te vas.
Esa silueta sustraída al universo que ya se difumina, como los dibujos de las nubes o la herida de la luz detrás de los párpados,
por más que los aprietes hasta las lágrimas.
miércoles, 3 de agosto de 2011
viernes, 22 de julio de 2011
Maneras de decir
No estoy acostumbrada a estas palabras, ya hace mucho que me di cuenta y luego lo leí en un libro muy gordo: que el lenguaje es todo metáfora, y la poesía, ni te cuento.
Pero -también se ha dicho muchas veces- lo que pasa es que para contar con verdad, la mayoría de las veces, no se pueden usar palabras así, tan únicamente descriptivas, como no se puede hablar de amor con un manual de anatomía en la mano (por más que sigan intentándolo en la escuela) ni de justicia con una calculadora, ¿o sí?
Y alguna vez, de esto no hace mucho, alguien tuvo un contratiempo y no acudió a su cita conmigo. Y no sé cuánta verdad había en eso. O, dicho de otro modo, aquel día me quedé a falta de una metáfora, o de dos, de algo que lo explicara todo. O quizá, quizá ya estaba dicha, así, y nada más.
martes, 31 de mayo de 2011
Necesidades básicas
es decir, necesito escupirlo,
necesito primero hacerlo
y luego echarlo.
Me he metido demasiado,
es decir, todos esos estímulos,
toda esa velocidad:
hacer hacer hacer
tragar tragar tragar.
Necesito sentarme,
una buena digestión y un buen/mal poema,
después de todo
y antes que nada.
Repito:
ni siquiera se parecen
aunque se confundan.
Vale más pretender...
miércoles, 18 de mayo de 2011
sábado, 30 de abril de 2011
Mi orientación
Vivo en la carretera. 2ª temp. Cap.6. "Mi orientación". A causa de mi pésima orientación, tomé el camino que subía y no el que bajaba, y me encontré con unas increíbles vistas de la ciudad. Anoté mentalmente la ruta correcta y la equivocada. Con gran placer.
lunes, 18 de abril de 2011
Primer día de colegio
Para el primer día de la semana de Izaskun ( si no fuera por ti, hoy no había post)
El primer día de colegio
Mariluna estaba muy contenta,
era todo ojos y nada más.
Entonces vio a un niño
tan por fin solo como ella
llorando.
martes, 5 de abril de 2011
Documento reciente
viernes, 18 de marzo de 2011
Haciendo el payaso, otra vez
Otra vez he hecho el payaso. Porque he querido, como siempre, pero no, no ha habido aplausos. ¿Risas? Casi, es decir, tampoco.
Bueno, no siempre se puede triunfar. Hay que probar de todo hasta dar con la clave, y luego otra vez, cuando se te gasta la gracia.
Es lo que más me gusta del oficio: buscarle las cosquillas a la gente. Y probar, hoy aquí, mañana, allí.
A. dice que los payasos tienen la nariz roja porque tienen enfermo el corazón.
Entonces alguien ha debido de curarse porque nos encontramos una nariz de payaso en el suelo el otro día. Había cogido polvo y me puse a estornudar.
martes, 15 de marzo de 2011
viernes, 4 de marzo de 2011
Hablando de payasas,
tengo una amiga a la que sólo veo de vez en cuando, desgraciadamente. La llamaré G.
G es una auténtica payasa, siempre lo ha sido, y espero que siempre lo sea.
Sus dichos son mucho mejores que "al mal tiempo, buena cara". Cuando llueve, se moja, como las demás, pero su frase es: "así se me riza el pelo".
A ella le dejo que me llame cualquier cosa.
jueves, 3 de marzo de 2011
¡Payaso!
Así nacieron: el domador, la trapecista, el mago, el equilibrista... Traje algunos al blog.
Hoy, la revista ya está en la calle (salió en diciembre). Sin embargo, no me atreví a hablar del payaso. Que levante la mano quien me sepa decir el por qué (o su por qué, seguro que no soy la única...)
Pues bien, ahora sí: aquí lo tenéis.
Puedes decirlo bien alto: ¡payaso!
Conozco mi papel y no me importa.
Ya no.
La primera vez que tropecé
creía que la risa
era casi un aplauso.
Así empecé a confundirlo todo:
la sal con el azúcar,
el agua con la flor,
la talla de zapatos y hasta el sitio
de los botones.
Pero existe una lógica
y uno conoce al fin por qué se hizo payaso:
para que tú te rías
y yo te haga creer que no me importa.
domingo, 27 de febrero de 2011
Walk like Ana
Amina me quería aunque no me lo dijo. Fue su tía. Me dijo: Lloró cuando te fuiste. ¿Por qué lo hizo? Quizá ella también me quería.
Pero yo tuve que imaginarla llorando y eso duele. Tiene cinco años. A mi no me gusta hacer llorar a los niños. Ya sé que luego se les pasa, pero duele.
Así que me pongo a recordar otra cosa que también me contó su tía:
Amina imitaba mi forma de caminar. Esa forma que tenemos algunas chicas de andar como los chicos. Movía los hombros arriba y abajo y decía "I walk like Ana".
Eso me hace reír.
jueves, 17 de febrero de 2011
Geografía e historia
También estaba ese chico, joven, casi un niño, y guapísimo, que se convirtió en mi sombra. Un día me contó una historia terrible, y luego, cada día, una más terrible que la del día anterior.
Al final, tuve que decirle que se fuera. Prefería verle jugar en la playa con sus amigos que conmigo. Entre todos, quizá podríamos contar su historia.
miércoles, 16 de febrero de 2011
Las buenas formas
Allí, como aquí, como en todas partes, hay maneras, hay formas, que invitan, y otras que invitan a callar o a mentir.
Después, una puede sentirse más culpable que víctima, o descubrir, como hice yo (como tengo que hacerlo tantas veces) que no hay nada de eso, sólo formas que nos fuimos poniendo y que ya no nos sirven, como tallas pequeñas.
domingo, 23 de enero de 2011
He vuelto
En África no había muchas líneas en las carreteras, y las calles y hasta las avenidas eran de arena.
Pensaba qué traerte.
Qué ponerte. No tengo líneas. Caminé mucho. Di algunos pasos. Mírame.
Pero no hablemos. Mañana te contaré... Mañana.