miércoles, 24 de noviembre de 2010

Efectos

Primero fue el rostro enrojecido,
alguien me dijo que tenía buen color, qué extraño, después de haber pasado la noche en vela... Advertí que era a causa
de los restos de sal.
Al ver las fotos, constaté otro efecto:
los párpados hinchados.
Cualquier día, al volante,
todo se vuelve nítido: los árboles, las piedras, la línea discontinua, el horizonte.
El motivo, la curva exacta que una gota de agua da a mi córnea.
Y saber que sucede como un peso en el fondo del cuerpo, más o menos en el centro, algo que no se apoya
y no encuentra postura.

(extraído de Línea Discontinua)

sábado, 13 de noviembre de 2010

La trapecista

Diste un triple salto mortal
y yo, con el alma en vilo.
Pero siempre amé a los artistas
y tú adorabas saberme
allí, en la arena,
mirándote volar.

Viéndote, yo tocaba las estrellas
pero tú...
tú veías el mundo dando vueltas
y vueltas.
Adorabas tenerme, el alma en vilo,
quieta,
allí fija, mirándote.

Un día, sólo te balanceaste
cada vez más arriba
cada vez más impulso

y no te vi volver.
Quizá fuiste a otros brazos...
y de esos a otros...