sábado, 29 de diciembre de 2012

domingo, 23 de diciembre de 2012

No hay que llorar, letra


Porque alguna que otra no ha podido oír el audio de la entrada anterior por razones diversas (estar en el curro, mirarlo desde el móvil -que no admite la aplicación-, el omnipresente ruido de la Navidad, etc.). Y porque, a veces, da más gusto leerlo sin voz, con los ojos, allá va, la letra:



De niña me decían
no hay que llorar,
y luego, ya crecida,
hay que llorar.
Y yo, que soy rebelde,
no he querido aprender
ni a llorar ni a dejar
de llorar.
Así que lloro a veces
a la hora de la siesta
o en los días de fiesta.
Y otras veces no lloro
ni muerta
aunque me pille el dedo con la puerta.
Mis lágrimas son mías
mías mías
y de nadie más
y las quiero bien vivas.

domingo, 16 de diciembre de 2012

El globo


Ojalá fuese como soltar un globo
y mirarlo elevarse,
tan ligero, bailando,
un redondel alegre sobre el azul eterno.
Mira qué hermosa estás.

Y tal vez sea así
ahora que pienso
en el llanto desconsolado,
ya va cogiendo altura,
un punto diminuto
-final-, y el mirarse la mano
y decirle torpe
y no tener qué hacer.

Gracias, Ainhoa

jueves, 8 de noviembre de 2012

Pequeña


Eran de la misma estatura,
sin embargo, él,
la llamaba pequeña.
Lo hacía con cariño, sí,
no cabe duda,
con la misma pasión
con que al besarla, tan dulce, dulcemente
elevaba el mentón.


Leí este poemita delante de unos niños de entre 6 y 12? años. Los más pequeños rieron cuando les expliqué que iba a hablar de una pareja de “novios”, y al leer “beso”, ni te cuento. Hablamos de lo que era levantar el mentón, de la actitud, y de lo que harían si estuvieran en el lugar de la “pequeña”. Supongo que esperábamos nuestra respuesta, a pesar de que en su origen, nunca pensé en este poema (ni en ninguno) como materia educativa. La respuesta espontánea de una niña fue: “me pondría tacones”.

Y entonces, aquella palabra se me quedó suspendida, como la inspiración de un poema: unas palabras con otra dimensión: la otra dimensión de los tacones.




domingo, 14 de octubre de 2012

Vaivén


Porque vienes
y vas
y yo
vengo y me marcho

bailamos.
Batir de alas
a cada paso.

Porque es quieta
distancia
la de un compás

tú vienes
y te marchas
yo acudo
y me retiro.

Un paso adelante
un paso atrás.

martes, 25 de septiembre de 2012

jueves, 20 de septiembre de 2012


Ahora estoy recordando esto:
Me dijiste:
-Esperaba más curiosidad.

Bajé los ojos, una vez más
vuelta hacia mí.

Ahora
es la tercera vez, y canta el gallo.
Pequeña flor intrépida,
ola inmensa y sutil,
tú me querías.


lunes, 3 de septiembre de 2012

Luz de farolitas

El pasado sábado, 1 de septiembre, se celebró el II Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez. En septiembre de 2011, un grupo de escritores de Ciudad Juárez llamaba a realizar recitales poéticos con el objetivo de acercarnos allá donde la palabra es más necesaria y apreciada, justo en el lugar donde la violencia devora los sueños colectivos.
La iniciativa surgió tras el asesinato de la poeta y activista juarense Susana Chávez, comprometida con las víctimas de feminicidio, en enero de 2011.
Este es el cartel del recital que celebramos en Pamplona, una de las más de 130 ciudades de todo el mundo que se han hecho eco de la convocatoria, y aquí debajo, el poema que escribí y leí.
Gracias a Txiki, de In Verso Troupe, a Uxue, a Iosu, a Iñaki, a Itziar, a Pedro, y a todos los demás, por organizar, compartir, y sobre todo, encender, y exigir, un poco de luz.


Enciendan la luz

Susana Chávez.
Meto la nariz en la nube
buscando su nombre y circunstancias.
He paseado por Ciudad Juárez y sus maquiladoras,
mujeres de entre 15 y 25
que tienen que dejar sus estudios
y ponerse a trabajar en la frontera
para volver a casa por lugares sin iluminación.
Las mujeres solitas
y las niñas,
como Alma Chavira y Gladys Janeth Fierro,
que aparecen después en el desierto.
He encontrado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
y los cárteles del narcotráfico,
y las manos baratas, y los sueldos de los policías,
y el dinero que el hombre lleva a casa,
que para eso es hombre,
como el padre asesino de Rubí Marisol,
al que absolvieron y luego condenaron
cuando ya había huido.
He encontrado a Marisela Escobedo, madre de la joven,
recibiendo un balazo frente al Palacio del Gobierno de Chihuahua,
al que acudía sin descanso
exigiendo justicia.
Más de diez mil visitas al video de youtube:
su última carrera antes de caer muerta,
grabada por las cámaras de seguridad.
He encontrado a un fiscal general diciendo:
el asesinato de Susana Chávez
no tiene relación con su papel de activista.
Se había encontrado con un grupo de jóvenes con el que se fue a divertir
pero como estaban drogados y alcoholizados
perdieron el control y la asesinaron.
Susana Chávez era poeta.
He encontrado su blog,
que aún respira pidiendo comentarios.
Aún se puede leer que actualmente
estudia Psicología y administración
y trabaja en un nuevo libro.
Se citan sus lecturas en cafés, comités
y marchas para desaparecidas.
Y están sus versos
en letra blanca sobre fondo negro
y a doble espacio.

A mí me parecieron luz de farolitas
intentando alcanzarse unas a otras
en mitad de la noche,
en mitad de esta noche,
en que coso palabras -la herida sigue abierta-.
Ahora, que llegué a casa,
después de ser mujer por la avenida.


jueves, 23 de agosto de 2012

Un mail


Durante unos días el viaje hará que desaparezca internet. (De pronto recuerdo un pasado en el que realmente nos íbamos, nos íbamos del todo, y era posible el reencuentro. No hace tanto tiempo y qué distinto era de esta telaraña donde lo imposible se ha vuelto insoportable: estar solo).
Antes de embarcar, abro el correo, y allí, como una nota que se abre lejos de la costa, encuentro tus palabras. Sí, me has escrito. Como si te viera desde cubierta en el último momento, con la sonrisa de las despedidas, que se la juega duro en dar más amor que pena. Ya puedo marcharme.
Tengo los ojos encendidos. Y la calma.
Existen momentos así, sin causas pendientes.


martes, 17 de julio de 2012

Poeta pájaro


Me ves aquí sentada
escribiendo.
Te equivocas.
Hace un instante me posé,
eso es cierto,
pero estoy en las nubes,
que me abrazan llorando,
y en el viento
y en la felicidad de las palabras.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Otro jueguecito

Definitivamente, se me está yendo la olla con estas tonturas.

Retén

El que tiene
detiene
al que no tiene
en cuanto se mueve.




viernes, 13 de abril de 2012

Lapsus

(y sus presuntas causas)

Este, porque me dio pena:
melalcólico.

Este, por pura envidia:
narciartista.

Este, porque estaba harta:
patriarcada.

Y este, por convicción:
la gente no es tanta;

este último, por cierto
(y no pongo la coma)
me encanta.

martes, 20 de marzo de 2012

Un día de marzo, por ejemplo

Durante años han tenido su "hora de la estrella". Cada vez que una caía, y sólo entonces, le alumbraban los focos.

Ahora no hay sitio para ellas entre las cifras, los deportes y el tiempo. No era un lugar seguro.

Construyamos, entonces, con ladrillos (como tantas han hecho siempre).


Nota: "La hora de la estrella" es una novela de Clarice Lispector.

jueves, 1 de marzo de 2012

Va en serio

¿Quieres jugar conmigo?
Sí, ahora,
sí, a nuestros años.
No está todo aprendido,
ni está todo jugado.








domingo, 12 de febrero de 2012

martes, 31 de enero de 2012

Una historia de invierno (y puertas frías)

Trabajamos en una nave del polígono. Cada vez más a menudo, vienen a traernos el curriculum en mano. Ultimamente son fotocopias en blanco y negro. No se entretienen. No sé qué número de visita seremos.

En la jerga comercial, lo llamamos visitas a puerta fría, es decir, visitas sin cita previa.

Hace unos días vino una chica muy sonriente. Me dio la sensación de que venía a saludar a alguno de nosotros, por cómo entró, por su alegre cordialidad, como si nos conociera.

Cuando salgo a vender todo el mundo espera que sonría. Y, en cambio, llevo días intentando entender cómo es posible que viniera a dejarnos el curriculum con esa enorme sonrisa.




Blake

domingo, 22 de enero de 2012

Tiempo para jugar


En una palabra,
la presión de la prisa
es prisión.

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Quisiera
no es un sí,
es un ni
siquiera.

miércoles, 11 de enero de 2012

Nubes

A donde iríamos algún día,
nos decían, al cielo.
Luego fueron cualquier cosa
que quisiéramos.

Jugando en las cumbres más altas,
con el sol, con la luna,
como si no estuvieran tan lejos.

Borrones, borradores
pintados con los dedos.