domingo, 27 de febrero de 2011

Walk like Ana

Amina me quería aunque no me lo dijo. Fue su tía. Me dijo: Lloró cuando te fuiste. ¿Por qué lo hizo? Quizá ella también me quería.

Pero yo tuve que imaginarla llorando y eso duele. Tiene cinco años. A mi no me gusta hacer llorar a los niños. Ya sé que luego se les pasa, pero duele.

Así que me pongo a recordar otra cosa que también me contó su tía:

Amina imitaba mi forma de caminar. Esa forma que tenemos algunas chicas de andar como los chicos. Movía los hombros arriba y abajo y decía "I walk like Ana".

Eso me hace reír.



jueves, 17 de febrero de 2011

Geografía e historia

También estaba ese chico, joven, casi un niño, y guapísimo, que se convirtió en mi sombra. Un día me contó una historia terrible, y luego, cada día, una más terrible que la del día anterior.

Al final, tuve que decirle que se fuera. Prefería verle jugar en la playa con sus amigos que conmigo. Entre todos, quizá podríamos contar su historia.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Las buenas formas

Por ejemplo, conocí a una mujer. Las dos fumamos en la playa mientras su hermana jugaba con su hijo. Allí está mal visto que las mujeres fumen, que beban o que anden solas (como en tantas partes). Fue la primera vez que me despegué de mis amigos. Me quedé allí charlando. Me contó cómo tuvo a su hijo a pesar de la presión familiar. Fue también la primera vez que hablé de mi vida sentimental a una persona africana.

Allí, como aquí, como en todas partes, hay maneras, hay formas, que invitan, y otras que invitan a callar o a mentir.

Después, una puede sentirse más culpable que víctima, o descubrir, como hice yo (como tengo que hacerlo tantas veces) que no hay nada de eso, sólo formas que nos fuimos poniendo y que ya no nos sirven, como tallas pequeñas.