martes, 15 de septiembre de 2015

Un mundo mejor


Pocas veces utilizo nombres reales en los poemas. Los poemas no pertenecen a nadie para que puedan pertenecer a cualquiera. Sin embargo, Susana Chávez, Mauren Ada y ahora, desgraciadamente, Shira Banki. Tres crímenes de odio. Estos poemas les pertenecen a ellas, y a quienes nos pongamos a su lado. Es mi forma de que tú también lo hagas.

Gracias a Uxue por animarme a escribirlo, y a Edurne por encontrar esta hermosa música e interpretarla con su arpa.  





Un mundo mejor

Cuando yo tenía dieciséis
escribía poemas de amor
a un tú sin género.
A una chica de dieciséis
se le hace duro enfrentarse al mundo
con sus chicos y chicas y sus formas sutiles
y no tanto
de mostrarte el camino.
Yo lo hice muy despacio,
me costó ser valiente, lo fui muy paso a paso.
A los dieciséis años
una quiere ante todo a los amigos.
Una se quiere poco todavía, necesita
practicar, aprender con ellos que el amor
se elige y elegir
querer, y ser también
elegida.
Shira Banki no tenía dieciséis todavía
cuando fue a apoyar a sus amigos gais.
Shira Banki es la amiga que he encontrado en mi vida
muchas veces,
la que vino conmigo a un bar de ambiente,
la que me vio llorar, la que rió o sufrió
conmigo cada vez.

Shira Banki llegó hasta el centro de Jerusalén
y la mataron por la espalda
en el nombre de dios.
La realidad supera a las metáforas.
Por eso no diré truncada flor
ni la mano del odio.
Te digo, Shira Banki, que te quiero,
que lloré de verdad al ver tu foto,
que llegaste hasta el centro de Jerusalén
y has hecho el mundo mejor.