jueves, 14 de marzo de 2013

El viaje


El viaje empieza aquí:
una niña-mujer se abre al mundo
con el tacto susurro de sus dedos
tocándose.
Siglos, continentes enteros, negando
esta sencilla historia de amor.
El no tiene forma de agujero,
el cero,
la nada.
Lo visten de oro o de indecencia,
lo disfrazan, lo engalanan a veces
-el día más importante de tu vida-,
lo repudian
-el día más nefasto de tu vida-,
puro o completo
tu cero, tu sí, tu no,
y mientras tanto olvídalo,
tenlo siempre presente,
entrégalo, presérvalo, de todos modos
hazlo de los otros.
Pero entonces
una niña-mujer se ve desnuda,
deshace el camino,
siglos, continentes enteros,
la sombra del patrón,
su mamá y la mamá de su mamá,
y emprende el viaje.


Este es el último poema que leí en La Hormiga Atómica. Y el que se llevó el calor de los aplausos, calor para seguir el viaje, por las líneas, hoy, sobre todo, curvas.

martes, 12 de marzo de 2013

Sirena


Su amante le ha llamado sirena.
Al principio no lo advirtió,
ese nombre, como un escalofrío
recorrriendo sus piernas.
Sí, sirena, me llamo sirena,
no estrecha, no virgen, no niña,
sirena,
maldita como otras que no fueron tampoco
lo que dicen que son las mujeres.

Y se monta en las olas
y da
unos primeros pasos en la arena
blanda, mansa, caliente,
el único camino a tierra firme
que recorren sin miedo las sirenas.



Mi fragilidad, Myriam Cameros

domingo, 10 de marzo de 2013

Él o ella


Despierta asombro,
entonces esos rostros se vuelven,
se transforman,
se tropiezan.
Ha nacido una flor en el asfalto helado
y no saben dónde poner los pies,
qué pasos dar,
ellos, que llevan media vida
en la pista de baile,
los chicos y las chicas.

Los chicos y las chicas tienen derecho a divertirse
pero van a ser buenos esta noche.

Para él o ella eso,
y por esta noche,
significa bastante.


Recitado esta tarde en La Hormiga, con mucho gusto

martes, 5 de marzo de 2013

El castigo


Ahí tienes tu castigo:
me pusiste de cara a la pared
y mira, ahora soy yo
la que te da la espalda.