Lo
primero, las fechas.
Calendario
tablero en el que avanzan
movimientos.
Cuentan
puentes, construyen escaleras.
Imaginan
después lo que darán
-viven
más tarde-
esas
fechas.
Viajan
ajenas a su geometría
de
cuadros enfrentados.
Nunca
miran al suelo cuando bailan.
El
día que lo hagan
tropezarán,
y las fechas serán
las
primeras que caigan.
Fechas
fichas
de dominó, postes de carretera,
vencidas,
insalvables,
hermosamente
inútiles.
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