Trabajamos en una nave del polígono. Cada vez más a menudo, vienen a traernos el curriculum en mano. Ultimamente son fotocopias en blanco y negro. No se entretienen. No sé qué número de visita seremos.
En la jerga comercial, lo llamamos visitas a puerta fría, es decir, visitas sin cita previa.
Hace unos días vino una chica muy sonriente. Me dio la sensación de que venía a saludar a alguno de nosotros, por cómo entró, por su alegre cordialidad, como si nos conociera.
Cuando salgo a vender todo el mundo espera que sonría. Y, en cambio, llevo días intentando entender cómo es posible que viniera a dejarnos el curriculum con esa enorme sonrisa.
Blake