martes, 12 de marzo de 2013

Sirena


Su amante le ha llamado sirena.
Al principio no lo advirtió,
ese nombre, como un escalofrío
recorrriendo sus piernas.
Sí, sirena, me llamo sirena,
no estrecha, no virgen, no niña,
sirena,
maldita como otras que no fueron tampoco
lo que dicen que son las mujeres.

Y se monta en las olas
y da
unos primeros pasos en la arena
blanda, mansa, caliente,
el único camino a tierra firme
que recorren sin miedo las sirenas.



Mi fragilidad, Myriam Cameros

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