martes, 19 de octubre de 2010

Un viejo poema que puede venir al caso

Hace muchos años, tal vez quince o dieciocho, publiqué un poema en una revista que no he podido encontrar. Sin embargo, me acuerdo casi perfectamente. Era un poema rimado, con ritmo y estructura (cercana al soneto, en versión mini). Por todo ello, fácil de memorizar. Estoy segura de que no era exactamente así, pero me acuerdo bastante bien, así que me arriesgo y lo transcribo/reescribo. Eso sí, he quitado la palabra "aferrada" porque ahora prefiero palabras más de andar por casa y pongo "agarrada". Y mantengo el "arrodilló", que es un poco exagerado, pero bueno, aunque ya no me gusta tanto el dramatismo, me voy a permitir un poquito.

Me decías en silencio
silencio, te escuchaba
con los ojos abiertos.
Silencio, yo esperaba
agarrada a la nada.
Silencio, me decías
con la boca cerrada.

Cuando la noche vino
y arrodilló mis párpados
pude leer tus labios.



Es curioso, milagroso diría, que algunos poemas que una ha escrito hace mucho, mucho tiempo, no me hablen sólo del pasado, sino que también me hablen ahora, como si los hubiera escrito otra persona: aquella que fui. Por eso pensé: quizá también te hablen a ti.


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