Ojalá fuese como soltar un globo
y mirarlo elevarse,
tan ligero, bailando,
un redondel alegre sobre el azul
eterno.
Mira qué hermosa estás.
Y tal vez sea así
ahora que pienso
en el llanto desconsolado,
ya va cogiendo altura,
un punto diminuto
-final-, y el mirarse la mano
y decirle torpe
y no tener qué hacer.
Gracias, Ainhoa
No hay comentarios:
Publicar un comentario