Durante años, he aparcado el coche de culo en el garaje. Ahora, meto el nuevo, más ancho, de morro. Sin embargo, alguna vez, sin darme cuenta, hago las maniobras de antes con el coche de ahora. Me doy cuenta en seguida y rectifico. Pero me ataca la nostalgia. Reacciono y aparto los recuerdos.
Para que ese fenómeno no ocurra no solamente debes cambiar de coche. Mi consejo es cambiar de coche, de parking, de piso,de edifico, de ciudad, de empleo, de amigos...el fenómeno se desvanece. Eso sí; te seguirán asaltando los recuerdos del pasado como lobitos que te muerden la garganta.
ResponderEliminar¡Pero yo no quiero cambiar todo eso! Ja ja. Alguien dijo que hay que volver a los lugares para olvidar, porque los encuentras cambiados y si no, los guardas tal como los viviste. ¿Qué tal tu viaje? He visto las fotos: preciosas.
ResponderEliminarMe cautiva tu manera de escribir. Un saludo.
ResponderEliminarDos semanas sin actualizar es mucho tiempo; ya estoy con Memorias de Adriano.Iñigo.
ResponderEliminarTienes razón. Me pongo con ello, ¡ya!
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