¿Hace cuánto que
no eres de la lluvia?
Corriste
atravesándola:
paraguas,
parabrisas,
una ducha caliente
en cuanto en casa,
secador y toalla.
No la odias, es
sólo que...
¡un momento!
Un momento hace
falta.
Detenerse un
momento a escucharla.
Hace falta
tenerlo.
Hace falta sentir
que te hace falta.
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