Mila buelta eman diozu
eta erantzunik ez,
halere ederra da
zure jira eta bira ikustea.
Ezin da ziba ikutu
hura erori gabe.
Ez zaitut nire esku gainean,
ezta eduki nahi ere.
Le das vueltas y
vueltas
y no obtienes
respuestas
sin embargo es
hermoso
verte girar.
No se puede tocar
una peonza
sin hacerla caer,
no te tengo en la
palma de la mano
ni te quiero tener.
qué fino, Ana... :)
ResponderEliminarte has sobrao...
ResponderEliminary además bilingüe :)
Es complicado esquivar
ResponderEliminarla tentación compasiva
de ayudarla
cuando su tambaleo postrero
anuncie la caótica,
inminente
y dolorosa
caída.
"No se puede tocar una peonza sin hacerla caer". Buffff. Observar la Belleza sin acercarse, desear a alguien desde la distancia, amar algo sabiendo que no te puedes acercar. Esa frase es exactamente la que necesitaba hoy. Te lo aseguro.
ResponderEliminarGracias, Mentxu y Luis. Me encanta que os guste.
ResponderEliminarRicardo, qué bien expresas ese sentimiento de querer mantener a la peonza en su equilibrio... Creo que todos lo hemos sentido. La caída en inevitable y sin embargo, me quedo con el momento del giro y con que, aún cuando todo tiene su final, es hermoso el movimiento de la vida.
Qué decir, Corazón de la Tormenta, me alegro de haber llegado en este momento. Ayer mismo vi a una niña girar una peonza, y pensé en su soberana independencia, siempre, incluso respecto a su dueña...
me parece brutal!!
ResponderEliminargran descubrimiento leerte!!
ey, gracias a ti también, Ana. :)
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