En un recital ocurren cosas sobre las que se pueden escribir poemas, como que
no vino alguien que uno de los poetas deseaba que viniera sobre todas las cosas,
vino una chica que no sabía que era parte del poema,
el tipo alto que leyó en primer lugar utilizó por primera vez, sin género de dudas, el género masculino,
su novio, sentado al fondo, lo quiso más que nunca,
un chico se enamoró de la poeta chiquitita en cuanto ésta terminó,
ella se sorprendió con los aplausos,
alguien del público lloró y el señor de al lado no entendió por qué,
y además -no es extraño que ocurra-,
triunfó la poesía.
Haces que la poesía parezca fácil o sabes convertir lo cotidiano en poesía o...
ResponderEliminar"Acabo de entrar en tu blog". He leído Mero Amor, me gustó, me gusta, es de releer.
Gracias por el comentario. Escribo poesía para expresar lo que es difícil de expresar, si lo volviera a hacer difícil, no tendría gracia, ¿verdad? Es mi manera... Me alegro de que te guste.
ResponderEliminarPues yo estuve en un recital en donde una chica acompañaba al poeta con movimientos zen, como de yoga. Pues bien, la chica plegó brazos y piernas, se hizo como una especie de bola y empezó a rodar. Era espectacular hasta que, rodando, rodando, se encajó en una especie de chimenea o hueco en la pared y no pudimos desencajarla... aún debe de seguir ahí. Me gusta tu post.
ResponderEliminarSi, coincido con Ifi que es maravillosa tu sencillez, se agradece mucho ver la poesía sin rimbombacias ni florituras. Gracias.
ResponderEliminarY lo de Iñigo, juas juas, cojonudo, es que está tan de moda eso de yoga...
pues yo solo estuve en un recital, pero me encantó oir a la gente dar voz a las letras impresas...
ResponderEliminarUn buen poema bien recitado es lo más, así que no le hace falta más. El resto de opciones... alguna vez funciona.
ResponderEliminarAunque me habría gustado ver a esa chica-bola...
Y gracias a ti, Lola. Nos vemos pronto.