domingo, 28 de febrero de 2010

Seremos astronautas


Me pides prometerte lo imposible.
Entonces, yo
por un momento
creo poder
mentirte
mirándote a los ojos.
Miro hacia el infinito.
Creo poder
trucar en un segundo, la ves ya no la ves,
tu incertidumbre.

Hablamos, sin duda, en otro idioma
o en otro mundo
o de otro mundo.
Ese juego infantil sobre el futuro.

Seremos astronautas.

Mira, ya cae la noche.
Mira a otro lado, mira,
agárrate a mi brazo, una nave espacial.
No va a pasarte nada,
no llores, ¿por qué lloras?

Entonces, yo
pierdo.

4 comentarios:

  1. Sabias palabras; Cuando el otro llora uno mismo pierde, y eso es una putada. Pero...¿qué pasa cuando quieres llorar?

    En fin, que podría estar horas hablando de esto pero mis apuntes me reclaman...ya podrian llorar los muy cabrones.

    Besos con cierzo

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  2. Por muchas razones: porque me encantan los trajes, porque me recuerdan los sueños infantiles , porque viajan por el espacio y se acercan a las estrellas... Sobre todo porque son mucho más concretos, aunque parezcan fantásticos.
    Además, son más andróginos, el héroe, aunque no sea así, lo imagino señor.
    Pero explícame tú por qué...

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  3. ¡Ana, qué poema hermoso!

    Cuántas veces miramos al Otro habitando planetas diferentes, sin ver que estamos bajo el mismo cielo y las mismas estrellas. Acaso, bajo los mismos sueños.

    Conmovedor... ¡me ha encantado!

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