jueves, 8 de noviembre de 2012

Pequeña


Eran de la misma estatura,
sin embargo, él,
la llamaba pequeña.
Lo hacía con cariño, sí,
no cabe duda,
con la misma pasión
con que al besarla, tan dulce, dulcemente
elevaba el mentón.


Leí este poemita delante de unos niños de entre 6 y 12? años. Los más pequeños rieron cuando les expliqué que iba a hablar de una pareja de “novios”, y al leer “beso”, ni te cuento. Hablamos de lo que era levantar el mentón, de la actitud, y de lo que harían si estuvieran en el lugar de la “pequeña”. Supongo que esperábamos nuestra respuesta, a pesar de que en su origen, nunca pensé en este poema (ni en ninguno) como materia educativa. La respuesta espontánea de una niña fue: “me pondría tacones”.

Y entonces, aquella palabra se me quedó suspendida, como la inspiración de un poema: unas palabras con otra dimensión: la otra dimensión de los tacones.